9 de abril de 2009
Misantropía, misantrópa, yo.
El diccionario define la palabra misantropía (como siempre hablo "como si tuviera la verdad absoluta", les daré la razón y evitaré citar al diccionario) "repudio por el trato humano". Bueno, soy tan prepotente que si no lo dice, debería decirlo, ¿y qué? Y me he puesto a pensar mucho... Mi vida es curiosa... A casi todo el mundo le caigo mal de entrada, al que no, en poco tiempo le genero odio. Si, sé que alguien dijo que si de verdad quiero ser escritora, debo dejar de tener el diario de una niña consentida para tener una bitácora de escritora. Pues, adivinen qué: Descubrí mi verdad. Soy una misántropa, que envidia a los escritores (buenos o malos, famosos o no, cualquiera escribe tiene más talento que yo, soy demasiado exigente para aceptar que algún día puedo producir algo de calidad). Sí, no me importa... Hace unos días empezó a dolerme que lo único que la gente piensa de mi es que soy una agresiva, intensa, que le da importancia a nimiedades. Y eso me hizo pensar... Pero a veces, uno se cansa de pensar, uno se cansa de lo que la gente le dice y de lo que la gente se calla, de lo que insinúan, que es peor. De que lo juzguen porque todos nos vanagloriamos de creyentes, pero somos unos estúpidos que nos olvidamos de esa sabia frase: "El que no tenga pecado que tire la primera piedra". Pero no, todos nos creemos demasiado santos o perdonados como para tirar la piedra, agachar la cabeza y mirarnos al espejo. El punto es que acepte mi realidad, que deje esa maldita costumbre que me hizo nacer cuando me dió la gana y no cuando lo dictaba la naturaleza: llevar la contraria. Soy una misántropa, pero por aquella costumbre de contradecir, me esfuerzo más de lo humanamente posible por generar simpatía logrando el efecto esencialmente contrario: generar antipatía. Quizás sea una de esas cosas locas de la psicología que por efecto de la misantropía, mezclada con un super ego y el deseo natural de echarle la culpa a los otros, yo me porto así, y genero esa antipatía inconscientemente, pero dándome la posibilidad de culpar a otros (hubiera sido buena psicóloga,al menos, me invento teorías que enloquecen y hacen que requieras otra sesión :P). No sé cuál sea la razón, pero es mi verdad, quizás esté asesinándome como Dorian Gray cuando decidió dañar el cuadro... No me importa... Siempre he creído que dentro de la tragedia de una muerte puede haber algo poético y si muchos se enamoraron del "romanticismo" (para mi fue estupidez) de Romeo y Julieta, pues, yo quedé encantada con el suicidio creativo de Julian CaraX y he decido ser la Hitler de mi vida y causar mi Holocausto personal. No sé qué piensen de mi, pero espero que después de leer este intento frustrado por querer explotar un talento que no tengo (seamos sinceros, en mi afán de nacer rápido, se me olvidó la mochila de los talentos) cambien lo que sea que piensan de mi... Sea bueno o sea malo, cambiénlo... Porque esa Angélica, María Angélica, Angie o la que sea que conocieron, se murió. Si, se MURIÓ. Cielo Latini decía que había escrito su libro para "cerrar" un capítulo... Bueno, ahora yo escribo una entrada más a mi diario de niña consentida para iniciar uno nuevo... El capítulo de mi verdad... El de mostrarme como soy... Ya no tengo un retrato que se envejezca por mi como Dorian. Así que, si les gusta, bien...Si no, también, porque a mi, me encanta conocer mi verdad.
en
9:10 p.m.
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Etiquetas:
Escritos Angelicales
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un minuto de silencio entonces por Ma. Angélica y mis felicitaciones, porque solo cuando morimos en defectos, es cuando volvemos a nacer. Abracitos. Hilda
ResponderBorrarsi no sabias que era ser picnico ahora si lo sabes
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