¡Hola, hola! Primero que todo quiero agradecerles por los comentarios que me dejan en el blog, los correos que me envían, los comentarios en el facebook o el twitter.
En cuanto a cómo sigo, contarles que estoy como en el limbo...Ni bien ni mal, simplemente estoy. Pero bueno, hoy quiero hablarles de algo que sí me da alegría, que me llena de orgullo y que quizás no tenga nada que ver con el tema del blog, pero que sí me inspira a escribir: Los Juegos Olímpicos.
Sí, es un tema que se sale de todo el contenido normal de este blog, pero no puedo evitar hablar de él. Y les voy a explicar muy pronto por qué. De manera personal he criticado muy arduamente las producciones televisivas de mi país que se enfocan en el narcotráfico, la prostitución y el terrorismo porque por un lado, esa es la imagen de Colombia que vendemos y por otro, se hace tan fuerte esa imagen en nuestra mente que terminamos por creer que no hay otro camino, que nos toca ser así. Yo he visto otras cosas, he conocido gente con otra mentalidad, con otra historia y me gustaría que a ellos se les apoyara y se les diera mayor reconocimiento que a los "narcos" que a diario no solo protagonizan nuestros noticieros sino series, telenovelas y demás. Colombia es reconocida por tener el segundo café más rico del mundo, la mayor diversidad de fauna flora, una diversidad de climas y culturas que con solo hacer un viaje de unas horas es como si cambiaras de mundo, es un país rico en esmeraldas, en petróleo y otros minerales que lastimosamente son explotados por el mejor postor que en la mayoría de los casos, no es colombiano. Pero lo que hace que Colombia sea más rica es su gente.
Escuché que hicieron un estudio y Colombia quedaba entre los países más felices. Y sí, es cierto. Uno aquí tiene muchas limitaciones económicas que quizás en el resto del mundo no haya pero vamos, ¿en qué otro lugar del mundo usted sale un 31 de diciembre y los vecinos aunque no lo conozcan o no le hablen en todo el año lo abrazan, le desean Feliz Año y hasta lo invitan a pasar y comer? Muchos extranjeros vienen a Colombia y se sienten a gusto con la gente porque somos gente que siempre sonríe, que celebra hasta el cumpleaños de un perro como decía yo misma cuando era niña y no entendía tanta cosa que pasaba, pero ahora lo entiendo. Somos un país tercermundista, del que nadie espera nada, pero que siempre con ese amor y ese cariño logra probar que hay más. El comité Olímpico, el Inder y todas las entidades dedicas al deporte en mi país hicieron un presupuesto de medallas para este año en los olímpicos y teniendo en cuenta nuestro historial, en el que solo habíamos traído tres en ocasiones anteriores, presupuestaron cinco para este año. Fueron positivos porque esta era la delegación más grande que enviaba Colombia: 104 deportistas, que comparadas con algunos países tampoco son mucho, pero que a nosotros nos hizo sentir el orgullo patrio.
Es cierto que hubo errores, es cierto que hubo fallas, pero no los culpo. La mayoría de los deportistas son gente humilde que tiene que esforzarse al triple porque les toca ser estudiantes, trabajadores, deportistas, etc. Sin embargo, el país decidió apostarle y creo que esa apuesta resultó favorable, los deportistas dieron la talla, eso se ve representado en lo más visible: OCHO MEDALLISTAS OLÍMPICOS. Y si contamos los que trajeron diploma olímpico, es decir, los que quedaron considerados entre los ocho mejores de su disciplina el número puede duplicarse porque la última vez que revisé eran doce. Y esto me llena de un enorme orgullo. Creo que la situación quedó acorde con el lema: Inspirar una generación. Eso no es fácil. Y lastimosamente casi siempre lo logran los malos ejemplos, pero creo que estas bellas personas, estos disciplinados deportistas lo harán para el bien de todo un país que necesita creer en los milagros, en las sorpresas y aún más en que a la gente buena, también le pasan cosas buenas.
Yo soy una fiel detractora del fútbol en mi país, y lo hago porque ellos ganan millones y millones y no nos dan una alegría, no hacen bien su trabajo, en cambio, se ven envueltos en escándalos que casi siempre incluyen prostitutas, alcohol, armas, etc. Lo que la gente siente por el fútbol es como un fanatismo ciego que los lleva incluso a atentar contra sus propias vidas, y eso es algo que yo no apoyo. Nuestros niños, nuestros jóvenes tienen que ver otros modelos, es hora de cambiar sino el mundo, al menos los estereotipos que se forman las generaciones futuras... quizás con eso logremos que ellos vivan mejor que nosotros.
Es cierto que en todo hay excepciones y así como hay deportistas en otras disciplinas que tienen muy buenos recursos económicos, hay futbolistas grandes, llenos de humildad que han hecho historia, aunque en esta generación parece que son pocos.
Ya no voy a criticar más el fútbol porque esta entrada no es para eso. Es para compartirles mi orgullo y mi alegría de que sea ocho veces más probable que un niño diga: Quiero ser deportista, en lugar de "Quiero ser traqueto o sicario o algo por el estilo" (traqueto: persona con altos ingresos de dudoso origen). Si al menos un niño o un joven deja las armas y toma los tenis para practicar y para llegar a ser medallista olímpico yo me doy por bien servida y diré que todo esfuerzo valió la pena.
Necesitamos más personas dispuestas a apoyar a los deportistas como María Isabel Urrutia, esa negra "grande" que nos dio la primera medalla de oro en nuestra historia, que nos hizo creer que había buen material para que fuéramos potencia en levantamiento de pesas y que renunció a su carrera deportiva para entrar a la política, a proponer leyes que incentiven el deporte y reconozcan y valoren mejor a nuestros medallistas.
Los Juegos Olímpicos de Londres 2.012 para mí fueron muchas cosas: divertidos porque pude ver grandes deportistas, un reto porque para poder apoyar a mi país y a todos los países "tercermundistas" me tocó aprender de deportes que ni siquiera sabía que se practicaban, quedé cansada de tanto gritar para que Venezuela lograra su medalla de oro y para que los colombianos no desfallecieran y sacaran ese "perrenque", esa "berraquera" que tanto nos caracteriza. Pero sobre todo, creo que lograron lo que se propusieron: "Inspirar a una generación".
Y ustedes, ¿cómo lo vivieron? ¿Cómo les pareció?
Coincido plenamente contigo: han dejado huellas. Muy buena entrada. Saludos
ResponderBorrarFelicidades por la entrada. Se ve que la has escrito con sentimiento. Ojalá todos hicieran lo mismo que tú. Vaya si es un orgullo para un país como Colombia, al que solo se le conoce por su lado malo pero como bien has escrito, también tiene su lado positivo que es el que realmente hay que ver.
ResponderBorrarSoy español, de Galicia concretamente, y ese lado amargo que nos cuentas también se vive en mi tierra. Pero hoy quiero hablar de lo positivo, que para lo malo siempre habrá tiempo. Lo positivo, en este caso, son las ¡¡¡OCHO!!! medallas que logró colombia en los recién terminados Juegos Olímpicos. Estas medallas pueden ser un aliciente para la juventud, desde luego que sí. Me alegro por ti y por tu país. Que esto sea el comienzo de un futuro mejor para todos. Saludos.
¡Preciosa entrada Emma!
ResponderBorrarCuanta razon tienes, no es justo que se generalice, que un país se vea solo relacionado con lo malo cuando sin duda hay cosas mucho mejores.
Sobre las olimpiadas, yo también las disfrute conociendo deportes y deportistas que tienen muchísimo mérito con lo que hacen y por llegar hasta ahi que no es nada fácil.
Enhorabuena por esas medallas y diplomas tan bien merecidos!
Esperemos que todas estas personas que tanto se sacrifícan sirvan de inspiración y ejemplo para todos.
Besos!
Hola!! Lamento comentar esto, cuando no es nada que ver con tu entrada, pero necesito darte información de club: Apadrina un Blog y es muy larga para dejarla en un comentario y no sse si vi mal o que, pero no encontraba ningún link de contacto para poder hacerlo, me podrías mandar un correo a: ma.daniela.hg@gmail.com para poder envíartela. desde ya muchas gracias. Saludos =D
ResponderBorrarMagnifico artículo, lleno de fuerza y de sentimiento, me emocionaste con tu bravura y arrojo, chiquita. ¡Muy bien por ti, y por todos esos colombianos que aún sueñan con que su tierra resplandezca y brille con todo su esplendor, el que se merece!!
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