¡Hola, Hola! Sé que hace días no les traía nada de esto. Pero como saben, Emma es mi alter ego, así que muchas de las cosas que les traigo en esto del diario de Emma es porque en realidad me han pasado a mi y como hace tiempos no me pasan cosas que me inspiren, por eso no les había traído nada, pero en estos días me pasó algo que realmente valía la pena compartir, espero les guste.
Abril 20/2.012
Querido diario:
He estando pensado y descubrí que si mi vida fuera una serie de tv, el capítulo de hoy debería llamarse: "La persecución de la felicidad". No, la búsqueda no, diario. Eso sería por un lado inexacto y por el otro podríamos ser acusados de plagio. El nombre correcto sería la persecución y te voy a contar por qué.
Hoy era un día normal, tranquilo, me bañé, me vestí, desayuné y mi hermano me preguntó:
─¿Vas a salir?
─Sí, pero solo al súper. Debo pagar los servicios─. Digo con un poco de pena por el gasto.
─Mmmm...Pensaba pedirte que me hicieras el favor de pagar la administración.
─Ah, dale...Yo bajo al banco, no hay problema.
Sé que parezco demasiado complaciente, pero es mi naturaleza. Además, ir al banco implica que puedo dar una caminata. Bueno, el resto de los días también puedo hacerlo, pero no tengo una excusa, así que no tiene sentido.
Poniendo las cosas en esta perspectiva, bajé hasta la Avenida e inicié mi recorrido. Al hacerlo pude ver a lo lejos un muchacho joven, seguramente estudiante (hay varias universidades cercanas). Llevaba audífonos y caminaba con cierta "cadencia". Había algo en él que llamaba mi atención poderosamente, me atraía y me propuse alcanzarlo, pero sin que lo notara el sujeto en cuestión. Es decir, al mejor estilo de las películas de Hollywood, creyéndome un agente especial, mantuve la distancia propia de una persecución para no ser descubierta.
Lo veía llegar al semáforo cuando estaba en verde y pasar tranquilamente, pero cuando yo llegaba estaba en rojo, ¿qué podía hacer? Esperar pacientemente a que cambiara de color mientras lo miraba fijamente. Llegaba mi turno de pasar y continuaba la persecución.
En el camino siempre había distracciones: un local que no había visto antes, un anuncio nuevo, más luminoso, un carro lindo con un conductor no tan lindo, etc.
No sé en qué momento las distracciones se volvieron más importantes que la persecución. Pero de repente, recordé mi cometido y cuando miré al frente ya no estaba el sujeto, se había esfumado. Quizás giró mientras yo miraba a un lado, quizás hasta había llegado a su destino y yo, solo podía sentirme frustrada. Así que de repente, la iluminación llegó a mi.
Todo en mi vida ha sido así: yo no busco la felicidad, la persigo a una distancia prudente y en el camino me distraigo con tonterías, pierdo mi objetivo, así que vuelvo a encontrar uno y repito todo el proceso. Un círculo vicioso. Por eso mi vida es un desastre.
Pero bueno, creo que más que una serie de t.v. este sería un buen capítulo de un libro de superación porque descubrí lo que está mal en mi y aprendí la manera de enfrentarlo. Ahora sólo falta la mitad del capítulo... La mitad en la que uso lo aprendido y soy feliz.
ánimo en esa lucha diaria
ResponderBorrar¡Gracias!
BorrarEstaba imaginando que habías alcanzado al chico :(
ResponderBorrarEn lo personal creo que la felicidad no se persigue ni se busca, está a nuestro lado, esperando que la descubramos.
Un abrazo
Exacto...Miriam....Pero normalmente llega cuando alcanzas tus objetivos ;-)
BorrarBueno... te mereces toda la felicidad posible, y más.
ResponderBorrar=)
MUAK
Parece una historia de libro! me ha encantado tu post y muy buena reflexion has hecho a raiz de esa situacion con el chico .
ResponderBorrarMe uno a tu blog porque me encanta como posteas .
Acabo de inaugurar mi blog de lecturas y estaria encantada si me apoyases y nos hicieramos compis !
http://yoleoenlasnubes.blogspot.com.es/
Me gustó tu reflexión y la manera en que la planteaste!
ResponderBorrarLa tira de Mafalda es simplemente genial!!!
Hola, no soy quien para aconsejarte, sólo quería comentarte que buscar o perseguir la felicidad es difícil, porque no debes buscarla fuera sino dentro de ti. Si miras en tu interior verás que las cosas buenas y positivas que tienes superan de largo a las de las que careces, sólo que a veces nos empeñamos en convencernos de que me hace falta esto o lo otro para ser feliz. Estoy segura de que un día despertarás sintiéndote plena y feliz y de que la búsqueda sólo será de complementos a esa felicidad interna.
ResponderBorrarSí eres alguien....Eres mi amiga...Aunque no nos hayamos visto, así que acepto tu consejo...Es cierto todo lo que dices, prometo mantenerlo presente =)
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