Ofertas en Linio

24 de abril de 2010

♪♫ ....♪♫


Ahí estaban... como era costumbre al finalizar la euforia y la pasión de los deseos reprimidos.

Ella, como es natural, terminaba sintiéndose más unida, así que apoyaba la cabeza en su pecho, extendía el brazo por la cintura del otro, en un abrazo que bordeaba los límites de la "zona prohibida" para que en caso de un nuevo arrebato se lograra una caricia, una chispa que encendiera todo, reanimara el fuego y reaparecieran las emociones.

Miró al techo y dijo algo, más por seguir la costumbre de hablar en voz alta que por esperar una respuesta:"¿qué es hacer el amor?". Él, que empezaba a acariciarle la cabellera como un acto reflejo respondió con aire descuidado: "¿Qué es tener sexo?". Ella siguió: "¿Es lo mismo?". Él, pretendiendo estar sumergido en un ambiente filosófico replicó: "¿Habrían de ser diferentes?".

Ella inquirió: "Y si lo fueran, ¿por qué lo serían?".

Él, aturdido por la pregunta y sabiendo como era el final decidió responder: "Son iguales. Lo he decidido. Pero hay una diferencia".

Y mientras ella pensaba en el absurdo razonamiento que hacía el otro producto de la pasión desenfrenada y arrepintiéndose quién sabe de qué, él tomó su barbilla con la mano, la miró a los ojos y le dijo: "Cuando tengo sexo disfruto el momento. Pero cuando hago el amor, disfruto el momento, las conversaciones absurdas, las preguntas sin respuesta, pero sobre todo disfruto tu mirada de mujer amada".

Ella, confundida con tanta patrañería, y sin decidir aún si creerse enamorada, dio fin a la conversación con un beso y decidió que no volvería a pensar en el asunto.

Hoy, varios años años después, con unos cuantos hijos en el camino y demasiados recuerdos en la mente y el corazón, aún mira al techo de vez en cuando y por inercia pregunta: "¿Qué es hacer el amor? Solo para confirmar que ya no tiene ganas de pensar en el asunto...

0 Huellas:

Publicar un comentario

Deja una huella de tu paso por este espacio...